Petro, Trump y el precio de la insensatez política

Es difícil entender que pasó por la mente de Gustavo Petro cuando se negó a recibir  a decenas de ciudadanos de su país procedentes de Estados Unidos en un proceso de extradición, dentro de la norma, frente a la falta de documentos que acreditaran su estancia legal en ese país.

¿Se detuvo por un minuto a reflexionar sobre las consecuencias que esto tendría en su relación con la administración entrante en la Unión Americana? Todo parece indicar que no. Se trató de una acción visceral sin sentido que comprometió los intereses de su país, nada más y nada menos, que con su principal aliado comercial.

Como buen depredador, Donald Trump se encontraba al acecho de una presa que le permitiera presentar un ejemplo aleccionador de lo que le podría pasar a quien no se sometiera a sus decisiones y le dejó sentir todo su peso. No fue ni México ni Canadá, la liebre salto en el terreno de uno de los aliados históricos de Estados Unidos en el sur del continente: Colombia. Petro se presentó voluntariamente en holocausto y las sanciones no se hicieron esperar, en cuestión de minutos fue notificado de la aplicación de unas crecientes medidas arancelarias que iniciarían a partir de 25% junto con la revocación de visas a sus funcionarios.

Ni así privó la cordura, en una medida inexplicable, el presidente colombiano invocó la reciprocidad sin pensar por un momento que Estados Unidos, además de ser su principal socio comercial, a donde tan sólo entre enero y noviembre de 2024 exportó un volumen de 13 mil 106 millones de dólares, es también el principal inversionista en su país, nada más con 2 mil 802 millones de dólares en el primer semestre del año pasado, cerca de la mitad del total en ese rubro.

Todo eso estuvo en juego durante el tiempo que duró el lapsus de Petro, a quien de muy poco le sirvió envolverse en la bandera, porque más tarde terminó por recular tras recibir, con toda seguridad, el llamado de todo el sector empresarial de su país que estuvo a minutos de irse a la bancarrota arrastrando consigo a la economía del país.

Trump logro enviar un mensaje claro, particularmente para México: el cumplimiento de sus promesas políticas estará endosado a la aplicación de sanciones comerciales sin importar las consecuencias que esto arrastre.

Inició la era Trump, sólo los resilientes habrán de perdurar.

Salida necesaria, Ruben Rocha

Hasta hace unos años era imposible pensar en que “la izquierda” tuviera cabida en los estados del norte del país, donde acaso “la derecha” había encontrado hace varios años su primera gubernatura, en la persona de Ernesto Ruffo Appel, en el estado de Baja California, en 1989.

El Partido Acción Nacional creció y se desarrolló en varios estados, y llegó incluso a Sinaloa, donde Mario López Valdés llegó a la administración pública para cederle el gobierno al ex diputado del partido Verde, Quirino Ordaz Coppel, hoy embajador de México en Madrid, acompañado por la consulesa de México en Barcelona, la priista Claudia Pavlovich.

La incursión morenista en los estados del norte ha sido un éxito en lo electoral, y a cualquier costo, pero ha sido rebasado en todo lo demás y pende de un hilo, pues la situación en Sinaloa tiende a contaminar otros estados y expandirse.

La salida pactada de los gobernadores del Pacífico (Sonora y Sinaloa), no es una coincidencia, la estrategia de López Obrador funcionó a la perfección; sin embargo, Rubén Rocha ha dilapidado cualquier vestigio de respeto en el estado.

“El Rocha” hoy es sinónimo de burlas, de sospechas y de corrupción. Y es grande el desprestigio que ha acaparado durante su gobierno. La animadversión hacia él ha llevado a que un amplio sector de la sociedad pida su destitución.

La presidenta Sheinbaum, por su parte, ha reiterado que no habrá injerencia del ejecutivo para una eventual destitución. Sin embargo, el clamor popular será difícil de contener.

Rocha es un estorbo para cualquiera, no se sostiene por ningún lado y vive contando sus últimas horas como gobernador.

 “Encuentra miles de empleos que encajan contigo”

Así se denomina la nueva campaña de Computrabajo, la bolsa digital de empleo líder de Latinoamérica, la cual está respaldada por la tecnología de la plataforma y un enfoque en las necesidades de los jóvenes para empoderarlos en su interacción con el mundo laboral. La campaña está desplegada en redes sociales y en publicidad exterior de la Ciudad de México (vallas, camiones, metro y mupis en universidades). 

La campaña muestra cómo la plataforma conecta de forma rápida y efectiva a quienes buscan empleo y a los empleadores, y cómo apoya a para que el potencial aspirante analice si la oferta de empleo “encaja” y se adapta mejor a ellos. Lo anterior a través de la “entrevista Invertida”, en la cual es el candidato el que hace las preguntas necesarias para tomar una decisión entre miles de ofertas de empleo, apoyándose de las opiniones de otros candidatos. Asimismo, utiliza la inteligencia artificial para conectar con el estilo “tik toker” de la Generación Z, destacando cómo la tecnología facilita todo el proceso de búsqueda, haciéndolo más ágil y eficiente.

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